Abraham Gustin | Por Eduardo Chapellín | Abril 2018
¿Qué diferencia este CD de los dos anteriores?
Eduardo yo soy fundamentalmente un compositor que pertenece a una línea musical más vinculada con el Soundtrack. Mi obra son temas sinfónicos que narran una historia y que algunas personas catalogan como World Music. Yo siento que el nivel de mi composición se ha vuelto mucho más compleja en estos últimos años.
11:11 Pulso de Vida, en mi opinión, es un disco más ambicioso en relación a mis dos primeras producciones en términos del número de músicos que participan y la complejidad de la composición y de los arreglos. Así mismo en este disco no solamente participo como compositor e intérprete en alguno de los temas, sino que me aventuro a trabajar por primera vez en la orquestación de uno de los temas del disco, en el que por cierto, participa el maestro Arnaldo Pizzolante.
Entre Blue y 11:11 Pulso de Vida han pasado 8 años. Durante estos años regresé a la academia para cursar formalmente algunas materias fundamentales para un compositor. Tomé dos años de armonía y luego un año de orquestación con el profesor José Baroni. Sin embargo, no hay un interés de convertirse en un músico académico, sencillamente luego de hacer mis dos primeros proyectos sentí una inmensa necesidad de profundizar en la teoría musical como herramienta de composición.
Hace mucho tiempo ya había tomado un año de armonía de jazz con el maestro Gerry Weil. De joven fui alumno en la Escuela Juan Manuel Olivares e hice estudios independientes de piano con el profesor Mario Zampieri quien se desempeñaba como pianista / acordeonista. Sin embargo, debo confesar que mi gran escuela es más bien de un linaje casero, mi padre fue violinista y un excelente pianista popular. A él le debo lo que soy como compositor.
11:11 definitivamente es un nuevo reto a nivel compositivo y orquestal. Este disco concluye con dos temas muy ambiciosos que me acercan mucho a la música académica.
¿Ya tenía algunos temas listos hace tiempo o todos fueron confeccionados recientemente?
Yo estoy constantemente componiendo. Mi trabajo diario deambula entre la pintura y la composición musical. La composición fluye en mi vida y forma un binomio perfecto con mi carrera como artista plástico. De hecho, en estos momentos ya estoy componiendo para mis dos próximos discos, que están bastante adelantados.
En el caso de 11:11 hubo un trabajo de composición por un período de 4 años antes de comenzar los arreglos orquestales. La composición es un mundo mágico. A veces estoy trabajando en alguna sección de una de mis obras y poco a poco todas las partes se van ensamblando para quedar armadas en una obra completa. Me siento al piano y al principio no estoy seguro si esa sección será la primera parte de la obra o la sección final… el tiempo y la reflexión son quienes te dan las respuestas. Hace muchos años intentaba darle explicación a este proceso creativo, hoy en día cuando estoy cansado y me levanto del piano sé que mi mente sigue trabajando en las candilejas de mi cerebro para sorprenderme con nuevas ideas.
Realmente mis temas son de todos los tiempos de mi vida… A pesar que aparezcan ahora siempre tendrán algo de mi pasado y las composiciones del pasado dejan una huella indeleble que construyen algo de mi fututo. La creación es un proceso complejo y multidimensional que se aleja de una explicación racional. La composición no es lineal y a pesar que la música utiliza el tempo para su interpretación, la composición muchas veces desde el punto de vista creativo y de la génesis de la idea musical se hace completamente atemporal.
¿Siente que las redes sociales han beneficiado a los músicos a la hora de grabar?
Eduardo yo soy un compositor a la antigua. Tengo mis teclados y mi computador pero realmente yo compongo en un piano vertical que tiene en la familia alrededor de 85 años.
En ese piano tocó mi abuela, estudió mi madre y sus hermanos y durante mucho tiempo quedó apagado en el silencio, hasta que mi abuela decidiera que pasara a mis manos. Un piano de la casa Pleyel, que por cierto era la casa fabricante de pianos favorita de Chopin.
Yo no utilizo las redes sociales para el proceso de grabación. Cuando termino toda la obra para un disco, transcribo todo ese material a mano.. y luego es que me acerco al computador para utilizar un programa de edición musical. Esas partituras son las que comparto con mi arreglista y allí comienza el gran viaje musical que implica orquestar todo los sonidos que me vinieron a la mente durante el proceso de composición. Cada instrumento comienza a tener vida y desde el piano la obra comienza a tomar su carácter orquestal.
En todo este proceso no existen las redes sociales. Para mi las redes sociales son solo una herramienta para difundir mi trabajo después que está listo. Todos mis discos siguen los procesos clásicos de composición, arreglos y orquestación. Y son completamente grabados con instrumentos en vivo en estudios de música profesionales.
¿Considera que existe una nueva generación de talento venezolano en diversos géneros?
Efectivamente en Venezuela existe una nueva generación de talentos. Venezuela ha sido, es y será una tierra de gracia que ha generado una gran cantidad de creadores en todas las áreas de expresión.
La crisis de un país, en muchas oportunidades pueden convertirse en un motor para la creación. Sin embargo, si ese caos toma dimensiones descomunales, ello podría entorpecer el florecimiento de dichos procesos creativos no permitiendo así su desarrollo. El talento es importante, pero la constancia y la determinación son las variables que pulirán esas piedras para convertirlas en diamantes.
A pesar que nuestro país es una gran granja de cultivo para la génesis de creadores, la inmensa crisis que embarga al país está haciendo que muchos creadores tomen la decisión de irse de Venezuela dejando los caminos abiertos para que se desarrolle un cierto marasmo cultural en la nación.
Y en mi humilde opinión los pueblos que no tienen la posibilidad de desarrollar la cultura están destinados a la oscuridad.
¿El Sistema ha incidido en este crecimiento?
Yo pienso que el sistema de orquestas es una iniciativa importante dentro del desarrollo de los músicos académicos. Pero gran parte de esa nueva generación de talento de la cual comentábamos en la pregunta anterior provienen de otros géneros y de formaciones musicales menos ortodoxas y no necesariamente han venido desde el sistema de orquestas. Venezuela fue un crisol de culturas que permitió la llegada de muchos músicos de otros horizontes que dejaron sus enseñanzas en nuestro suelo.
Lamentablemente lo que sucede ahora es una ecuación inversa. Lo mejor de nuestra palestra musical está comenzando a marcharse del país para ubicarse en otras latitudes del orbe en búsqueda de mejores condiciones y por sobre todo de paz y seguridad personal que les permite desarrollarse en tranquilidad en sus áreas de experticia. De seguir este fenómeno migratorio estaremos en pocos años en una situación dramática en términos educativos, pues toda la plataforma académica que nos costó desarrollar por muchos años, ya no se encontrarán en el país. Cada día se fugan más artistas y creo que todos ellos son necesarios para darnos esa pluralidad en el pensamiento.
Existen conservatorios hoy en día que ya no tienen la calidad que tuvieron en otros tiempos más gloriosos en términos educativos. Sacar a los jóvenes de situaciones extremas utilizando a la música como una herramienta de sublimación es una campaña admirable. Pero no solo eso hace grandes músicos intérpretes o compositores. Se necesita de academias fortalecidas para que las próximas generaciones puedan tener un espacio educativo de carácter confiable.
Un músico no solo debe hacer música, un compositor es un hombre que debe leer y estudiar de todo, debe ser un hombre renacentista donde la curiosidad sea la linterna que alumbre sus pasos, para que pueda nutrirse de todas las manifestaciones artísticas de su tiempo. Debe entender su pasado para comprender su presente y en esa línea de pensamiento podrá tener las herramientas para crear una obra que marque el futuro de nuestro desarrollo musical.
Para su próximo proyecto musical, ¿ya tiene el concepto del mismo?
Efectivamente Eduardo, mi próximo disco ya está bastante adelantado. Quiero presentar un proyecto de todos mis valses venezolanos. Algunos ya están grabados y otros están listos en términos compositivos, pero aún no han sido grabados.
Es muy interesante, pues los valses venezolanos en mi proceso creativo desde el punto de vista musical han hecho una huella enorme. Creo que es importante dejar ese trabajo impreso para que las orquestas puedan en algún momento interpretarlos.
Me hubiera gustado que todo ese disco pudiera grabarse con orquestas completas, pero como bien sabes, el drama de los creadores siempre es el mismo… como conseguir a los patrocinantes para sufragar los gastos de estos proyecto tan grandes y ambiciosos.
Agregar el comentario que mejor le parezca …
Creo que es importante buscar nuevamente la esperanza en nuestro país. 11:11 es un número maestro, un número mágico que nos habla del cambio, del crecimiento en términos de la consciencia espiritual. Yo creo que las artes son un catalizador fascinante, un instrumento divino que invita al ser humano a desarrollarse una octava más arriba en su proceso de crecimiento y aprendizaje espiritual.
En el caso concreto de la música y como lo explico en mi disco nuevo; “La magia de la música como esencia sagrada para potenciar la luz y que, a su vez, pueda ayudarnos a neutralizar la oscuridad.
Venezuela deambula peligrosamente por los caminos de la oscuridad. Ya no es un problema de un pensamiento político, sencillamente fue una terrible idea flirtear con la oscuridad y despertar los demonios del odio y del resentimiento junto a todas las vibraciones bajas que lo acompañan.
Es el momento para que nuestra potencia creativa nos permita abrir las compuertas del cambio para sembrar las semillas de una nueva sociedad. La música puede convertirse en un estandarte que podría abrir los senderos hacia una nueva consciencia, una supraconsciencia para entendernos desde adentro, desde lo íntimo, para descifrar y transformar la ilusión del mundo externo.
Debemos comenzar a creer que somos capaces de ese cambio y que ello es posible…