Mi trabajo de pintura se ha convertido en una suerte de relato que cuenta una historia. Si bien en un principio anduvo por muchos años en la esfera puramente abstracta, como excusa para el desarrollo de un discurso plástico en torno al color, desde hace unos 12 años he comenzado a desarrollar una suerte de narración literaria a través de la pintura. Todo comienza con las “Ciudades Invisibles” de Italo Calvino, mi pintura toma un giro más figurativo a pesar de seguir teniendo un dejo de abstracción..
En un principio aparecen la “Serie de las Ciudades” que hacen alusión a las ciudades fantásticas de Calvino. En su texto presenta una serie de relatos de viaje que el navegante veneciano Marco Polo hace a Kublai Kan, emperador de los tártaros. De pronto estas narraciones de ciudades exóticas se vuelven mis propias ciudades, las cuales comienzan a conectarse por barcos que se materializarían en la “Serie de los Barcos”. Esos barcos cruzan el océano para conectar los continentes y es en esos periplos donde comienzan a aparecer los personajes como figuras fantasmales que recorren la tierra; La Mujer, La Reina, El Maestro, Los Cuatro Jinetes, La Sociedad Secreta, El Vizconde, El Emperador, entre muchos otros.
Yo me ocupo de relatar una historia que yo mismo voy averiguando a medida que la construyo, una historia de ficción que a fin de cuentas nos ofrece lo que pudo o lo que no pudo ser, que en todo caso es parte de ese “todo mágico” de la ficción de vivir.
Abraham Gustin